Colombia: Las elecciones locales ponen a prueba el acuerdo de paz

Bandera de Colombia con la palabra PAZ

La celebración de elecciones locales en Colombia el 29 de octubre será una prueba importante para la ambiciosa política de paz del gobierno "Paz Total".

Hasta el momento, los conflictos entre los numerosos grupos armados del país no han cesado y la población está sufriendo las consecuencias humanitarias. Un nuevo informe también muestra que el país sigue siendo el más peligroso del mundo para los defensores de los derechos humanos .

En los últimos meses se han firmado ceses del fuego, en parte con apoyo de Noruega, con los dos grupos guerrilleros más grandes del país: el ELN y el EMC-FARC (también conocidos como disidencias de las FARC). Además, el Gobierno ha logrado avances importantes en las negociaciones con otros grupos armados, entre ellos: en Buenaventura, Quibdó y Medellín. Esto ha resultado en una disminución de la tasa de homicidios en estas ciudades del 40 al 60 por ciento .

Pero la situación de seguridad sigue siendo insostenible en varios lugares del país. Porque aunque los ceses del fuego reducen los combates entre la guerrilla y las fuerzas de seguridad, los enfrentamientos entre los grupos continúan. Si no logramos reducir el nivel de violencia, corremos el riesgo de que las elecciones locales se conviertan en las más violentas en más de 20 años. Hay pues mucho en juego, no sólo para el proceso de paz, sino también para el desarrollo democrático del país.

Empleado en Caritas Colombia distribuye papeletas a jóvenes en acto electoral local
Empleado en Caritas Colombia distribuye papeletas a jóvenes en mitin de campaña electoral local. (Foto: Caritas Colombia)

Reforma agraria

Cuando Gustavo Petro asumió el poder como el primer presidente de izquierda del país en agosto de 2022, prometió implementar los objetivos del acuerdo de paz, que se firmó con la guerrilla de las FARC en 2016. Especialmente la parte del acuerdo que trata sobre la reforma agraria, es decir, una distribución más justa de las tierras agrícolas. A diferencia del anterior, el gobierno de Petro apoya el trabajo de justicia transicional, cuyo propósito es exigir responsabilidades a las distintas partes del conflicto, sacar a la luz las voces de las víctimas y restablecer la justicia. Las recomendaciones de los informes de la comisión de la verdad se utilizarán como base para futuros esfuerzos de paz.

El medio ambiente y la paz están interconectados

Con el nuevo gobierno, Colombia también recibió su primer plan nacional de desarrollo basado en las aportaciones de la población. El plan demuestra que la paz, la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y las cuestiones medioambientales están interrelacionadas y deben resolverse juntas. Por lo tanto, la reducción de la deforestación tiene una alta prioridad en el gobierno. Según el Ministerio de Medio Ambiente del país, en 2022 hubo una disminución de casi el 30 por ciento en comparación con el año anterior, y parece que el resultado será aún mejor este año. La mayor reducción se produjo en las zonas controladas por la guerrilla. Esto demuestra que sólo se puede detener el conflicto armado encontrando soluciones políticas. Y la política de paz tiene mayores posibilidades de éxito si los recursos naturales se gestionan de forma sostenible. Ésta es la base de las nuevas negociaciones de paz.

La Iglesia como constructora de paz

Las personas y las comunidades locales participan en los diálogos nacionales y regionales para garantizar el arraigo y el apoyo a los esfuerzos de paz. Aquí juega la Iglesia Católica y Caritas un papel importante. Durante la campaña electoral, por ejemplo, Caritas , con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Embajada de Noruega, facilitó una serie de reuniones entre residentes locales y candidatos que se postulan en algunas de las zonas más afectadas por la violencia del país. Temas como la paz duradera, la seguridad alimentaria, la conservación forestal y la reforma agraria se han incluido en la agenda política, con el objetivo de contribuir positivamente a la implementación del acuerdo de paz. 

La Iglesia está presente en la mayoría de las reuniones formales e informales entre los grupos armados y el gobierno, y en las comunidades locales en las zonas más afectadas por el conflicto del país. A corto plazo, el objetivo es reducir el nivel de violencia y sufrimiento humanitario, pero a largo plazo, las diversas negociaciones de paz también abren nuevas oportunidades para que las autoridades implementen sus políticas de desarrollo y medio ambiente.

Los desafíos son grandes, pero la voluntad de paz del Gobierno y el coraje y la firmeza de las organizaciones locales dan motivos para la esperanza. Caritas Noruega seguirá apoyando a Colombia en el camino hacia una paz duradera y una sociedad más justa.